La Autoestima y el Padre Ausente

La Autoestima y el Padre Ausente



Cuando no sanamos nuestras heridas del pasado por las experiencias negativas con un padre ausente a nivel afectivo, el resultado de estas experiencias nos dictará nuestras actitudes y conductas en la fase adulta. Las heridas emocionales afectan directamente a tu autoestima.

Hola, ¿qué tal estas? He tardado más de lo habitual en subir un nuevo episodio porque he tenido un dolor de garganta horrible que afectó mis cuerdas vocales y sin voz no puedo llegar a ti. Aún tengo la garganta un poco tocada.

Siempre hablo en este trocito del episodio sobre los ebooks que regalo en mi web y de las maravillosas cartas coaching game, pero hoy quiero pedirte varios favores. Son muy fáciles de ejecutar y me harías muy feliz. El primero es que si no me sigues en Instagram me encantaría verte por allí y el otro es que si te apetece ayudarme a crear episodios para este podcast podrías enviarme sugerencias de temas a tratar.

Puedes enviarme preguntas o algún tema específico. Puedes escribirme a través de mi web elisaprieto.com o por Whatsapp. En mi web tienes el botón para conectarte conmigo directamente, ¿ok? Ahhhh no diré el nombre de nadie, será anónimo. Las preguntas o temas siempre serán relacionados con autoestima, temas de parejas y también de sexualidad.

La autoestima y el padre ausente.

¿Qué tiene que ver la autoestima con el padre ausente? Tiene mucho que ver por las experiencias dolorosas que el niño o niña vive por falta de cariño, de atención, de aprobación, de escucha, cuando le comparan. También situaciones de abusos y malos tratos. Todas estas situaciones, muchas veces cotidianas, en su vida, hace que el niño viva una sensación terrible de rechazo, de abandono y de poca valía.

Creencias del tipo no merezco amor, no soy suficiente, no soy capaz, no soy digno, nunca tendré éxito, la vida es injusta, no puedo confiar en nadie, no puedo equivocarme. Todos estos pensamientos y muchos otros más, quedan grabados en la mente inconsciente y hacen que tengas una actitud negativa ante la vida. Los momentos de conflictos saltan las alarmas con emociones como el miedo y actúas desde tu sistema de creencias. De esta manera es muy difícil ser objetivo y tener claridad mental es muy necesaria para tomar buenas decisiones.

Pero ¿quién es el padre ausente? Cuando hablo de padre ausente en este episodio me refiero al padre ausente emocional. La figura paterna existe en la vida del niño o niña pero no ejerce o no desempeña adecuadamente su papel. El padre ausente emocional no actúa como padre, deja toda la responsabilidad de la crianza al otro progenitor, generalmente la madre, siendo solo ella la figura de autoridad. El poner límites, la educación, los cuidados quedan a cargo del otro cuidador. También puede haber madres ausentes, pero es más frecuente en los padres.

Mi padre fue un padre ausente. No ejerció el rol de padre. Lo único que él hacía cuando podía era jugar con nosotros, llevarnos a pasear en su descapotable, nos contaba cuentos, era muy divertido y a todos nos encantaba jugar con él. Pero jamás se interesó por nuestros estudios, por la alimentación, por los cuidados, todo lo dejaba en manos de mi madre. Mi madre, la pobre no tenía autoridad con nosotros y cargaba las broncas, las llamadas de atención a mi padre. Entonces crecimos sintiendo adoración por mi padre por los juegos y diversión y miedo por los castigos que impartía cuando mi madre se chivaba de algo que habíamos hecho. Inestabilidad emocional total en mi casa.

Cuando yo era pequeña no entendía que mi padre que era tan divertido de repente se transformaba en un ogro, porque nos daba miedo, y nos castigaba sin paga, sin salir, sin jugar. Recuerdo que de pequeña sentía amor/odio por él. Cuando me castigaba creía que no me quería y cuando jugaba me sentía muy feliz. En el juego no había límites y en el castigo, a veces con mano incluida, se pasaba imponiendo límites. Recuerdo que su educación, entre comillas, dependía de su estado de ánimo. Si estaba bien era todo alegría y podía hacer lo que quisiera. y si estaba de mal humor te negaba lo que fuera sin dar explicaciones. Un dialogo habitual con él era: ¿Papa puedo ir al cumple el sábado de fulanita? Él me decía no, y yo le preguntaba ¿por qué no? Y siempre me decía lo mismo porque no me da la gana. Fin de la conversación.

Pongo mi historia como ejemplo porque no es nada raro lo que pasaba en mi casa. Veo esto a diario padres que son como niños educando a niños. Ellos hacen lo mejor que saben. Si te digo la verdad agradezco el sentido de humor de mi padre, la creatividad, la capacidad de reinventarse, lo aventurero que era, lo inteligente que era, el conversador y sabio, de adulta me tiraba horas hablando con él, pero no fue un buen padre.

Todos estos valores estaban en él y varios de ellos son mis principales valores, pero valores como el respeto, la disciplina, el compromiso, la perseverancia entre otros tuve que desarrollar y trabajarlos en mí día a día. Menos mal que se puede desarrollar los valores y habilidades e incluso curar las heridas emocionales que nos dejan al tener un padre ausente. En mi caso fueron las heridas de abandono y rechazo.

Haré episodios sobre las heridas emocionales. Es muy importante identificarlas para trabajarlas y sanarlas. Muchas veces estas heridas están detrás de muchos comportamientos, actitudes y conductas frente a problemas que tenemos que resolver en la vida. Y desde las heridas es muy doloroso tomar decisiones o acciones.

Un padre ausente a nivel psicológico/emocional puede dejarte con un sentimiento de poca valía y crecer siendo una persona insegura y desconfiada con dificultad de dar y recibir amor. Eso dificulta enormemente a la hora de elegir la mejor pareja para ti e incluso te afecta a la hora de cortar una relación que no te hace feliz.

Con padres ausentes, los niños empiezan a comparar su padre con otros padres. Recuerdo que los papas de mis amiguitas siempre eran mejores que el mío, le daban estabilidad y seguridad que no sentía en el mío y sin embargo ellas adoraban a mi padre porque en él encontraban la libertad, las risas y la diversión que no encontraban en el suyo. Eso siempre me llamó la atención porque ninguno de nosotros estábamos felices con lo que teníamos y mi conclusión al día de hoy es que sea como sea la educación que quieres dar a tus hijos, tiene que haber un equilibrio entre jugar, divertirse, reírse y los momentos donde la disciplina, el trabajo y el compromiso con uno mismo y con la sociedad debe estar presente.

Aprendí que hay momento para todo. Momentos para el placer y momentos para el deber. Yo tenia solo momentos de risa y cachondeo con mi padre, pero sin ninguna disciplina, orden y respeto. Mis amigos todo lo contrario tenían orden, disciplina, conciencia del deber, pero no había risas, eran demasiados serios. Ningún extremo es bueno. Tiene que haber un poco de todo en su justa medida para crecer emocionalmente equilibrados.

Este niño en la fase adulta puede tener dificultad de vincularse afectivamente. La herida que deja el padre ausente puede traducirse en dificultad para adaptarse a los cambios, tendencia a la adicción, a la ansiedad y a la depresión, carecer de asertividad y empatía, tener muy mala gestión emocional, apego con mucha facilidad a las personas y a lo material.

Para llenar el vacío emocional que deja un padre ausente lo primero que tienes que hacer es entender que tu padre hizo lo que pudo hacer. El rol de padre le vendría muy grande y no pudo ejercer como tal contigo. Él también tenía un niño herido en su interior que llevaba las riendas de su vida. Es muy probable que tuviera problemas de autoestima y muchos miedos que no sabia gestionarlos o lidiar con ellos. Obviamente esto no justifica ningún mal comportamiento, pero a veces entenderle puede aliviar tu carga.

La gestión emocional juega un papel importante para sanar esa herida que dejó la relación con tu padre ausente. Reconocer las emociones, expresarlas y entenderlas es imprescindible para liberarte de esta emoción que se enquistó al no poder expresarla cuando eras pequeña. No escondas de ti mismo lo que pasó, cuanto antes te enfrentes a estas heridas antes podrás sanarlas y relacionarte desde el amor que llevas dentro en vez de desde la carencia afectiva.

El perdón y el autoperdón también ayuda mucho a cicatrizar. Es un acto interno, solo para ti a no ser que tengas ganas de perdonar directamente a esta persona, pero no siempre es necesario. Lo importante es lo que llevas dentro, lo que cargas contigo.

Y por último si ves que no puedes superar este vacío o que el dolor es muy grande, te aconsejo que busque la ayuda de un profesional para proporcionarte las herramientas y el acompañamiento necesarios para curar a tu padre ausente.

Recuerda el padre no es únicamente el que proporciona el espermatozoide. El padre es el que cuida, educa, protege, está presente y guía con seguridad a este niño o niña que necesita de alguien que les ilumine en este complicado, que es a veces, el camino de la vida.