Las palabras pueden cambiar tu vida

Las palabras pueden cambiar tu vida



Necesito cambiar de trabajo, necesito tener una pareja, nunca me sale bien las cosas, todos los hombres y mujeres son iguales, me cuesta mucho poner límites, me cuesta mucho adelgazar, debería ser una buena madre, no debo cometer errores, y si me sale mal, y si deja de quererme…Todos estos pensamientos son muy habituales y tienen una carga negativa que te afecta en tu día a día.

Hola, ¿qué tal estas? Espero que muy bien, disfrutando de la vida, de estos momentos alegres con los amigos y familiares y también a solas que de vez en cuando nos viene bien. Si es tu primera vez en este podcast te doy la bienvenida a mi pequeño mundo sobre la autoestima y temas de pareja. Hay muchos episodios que, según los oyentes, te pueden ayudar en tu crecimiento personal. Espero que te quedes conmigo y si quieres escribirme lo puedes hacer a través de Instagram soy elisaprieto8 o a través de mi web elisaprieto.com. Siempre contesto, ok?

Las palabras pueden cambiar tu vida.

¿Crees que las palabras o tu forma de hablar puede afectar a tu vida cotidiana? Yo diría que sí. Si no cambia totalmente tu vida, te aseguro que sí la hace más difícil. Nuestra mente está constantemente pensando y dialogando. Ese dialogo interno te afecta en tus decisiones, en como haces las cosas, en como ves las personas y la vida. Si es negativo ese dialogo, será más duro conseguir lo que deseas, estarás en un estado emocional desagradable, te sentirás víctima de las circunstancias, por lo tanto, serás más pesimista.

Cuando escucho a mis clientes decir necesito fortalecer mi autoestima, necesito tener una pareja estable, necesito hacer ejercicio, necesito, necesito, necesito, les hago pronunciar sus frases en voz alta con los ojos cerrados para ver como afecta al cuerpo la emoción que genera el necesito. La mayoría de ellas me dicen que el necesito implica urgencia, obligación, desesperación, carga, pesadez, carencia. Normalmente lo suelen sentir en el pecho o en el estómago. Se les encoje y se tensa. Haz la prueba.

Sin embargo, en vez de decir necesito una pareja, dices prefiero estar acompañada o me gustaría tener una pareja, la cosa cambia totalmente. Es una preferencia, es una elección no una obligación ni una carga. La pareja no es una necesidad imperiosa porque estas bien contigo misma.

Las generalizaciones excesivas también suelen poner cargas negativas en las percepciones de las situaciones o cosas. Todo, nunca, nada, siempre, como por ejemplo todo me sale mal, nunca tengo suerte, siempre repito el mismo tipo de pareja… Todo es positivo o negativo, blanco o negro. Todo está polarizado, no hay término medio y en la vida hay muchos colores y matices.

Estas generalizaciones hacen que tengas un concepto de ti y de la vida muy radical y de esta manera no cabe la posibilidad de verte a ti y al mundo desde otra perspectiva. Si cambias tu pensamiento, la apreciación será más amable por lo tanto las cosas serán más fáciles. Para eso debes cuestionar estos pensamientos para aligerar la carga y la dificultad que te impones a ti misma. Cambias tu dialogo interno a uno más positivo y tu percepción será distinta, más positiva.

¿Como se cuestiona un pensamiento? Buscando evidencias. Te pongo un ejemplo. Mi pareja nunca me escucha. ¿Es verdad que nunca te escucha? ¿Nunca, nunca?  Es posible que hoy no te haya escuchado porque tenía prisa, o porque estaba distraído, o porque tuvo un día duro y se le olvidó tu demanda. ¿En otras ocasiones te escuchaba? Si lo cuestionamos nos damos cuenta de que estamos exagerando y no siempre es así.

También en nuestro dialogo interno y externo están los tengo que. Usamos muchísimo sin darnos cuenta. Tengo que recoger a los niños, tengo que llamar a mi madre, tengo que estudiar, tengo que hacer dieta, tengo que comer más sano, tengo, tengo, tengo.

¿Cuántos tengo que decimos y luego no lo cumplimos? ¿O si lo cumplimos lo hacemos con un esfuerzo tremendo?

El tengo que cae como una loza en la mente porque está relacionado con obligación, con deber, nada de placer y entonces nuestra mente se resiste a esta idea, la que sea, porque no hay placer. El cerebro está diseñado para protegerte y cambiar dolor por placer. El tengo que es un sacrificio. Puede que termines haciendo lo que pronunciaste con tengo que, pero con mucho más esfuerzo. Si embargo en vez de decir tengo que hacer ejercicio o adelgazar dices me gustaría perder peso y el ejercicio me ayudará. Estas eligiendo adelgazar con ejercicios. Solo con este pequeño cambio de forma de pensar te será más fácil encarar un nuevo reto.

Este tipo de pensamientos en psicología lo llaman distorsión cognitiva. Las distorsiones son en realidad percepciones e interpretaciones que hacemos de las experiencias que tenemos. A veces son razonables estos pensamientos y en ocasiones son irracionables. Esas distorsiones muchas veces nos llevan a conclusiones precipitadas, a futuros catastróficos, a hacer suposiciones. Si no cuestionamos todas las interpretaciones negativas ellas nos harán sufrir más de lo necesario.

Los debería también nos generan un malestar por el nivel de exigencia que tenemos con nosotros mismos y con los demás.  Cuando me refiero a mí siento culpa, obligación. Cuando me refiero a los demás siento rabia. Los debería es lo mismo que tengo que.

Cambiar la forma de hablar hará que emocionalmente estes más tranquila y podrás interpretar lo que te ocurre de forma más objetiva.

Para poder hacer este cambio de vocabulario o expresiones que muchas veces son frases hechas, tendrás que empezar a observar tu dialogo interno y como hablas con los demás. No podemos cambiar nada si no somos conscientes de ello. Si no nos damos cuenta de como estas frases nos cargan de emociones negativas, no podemos cambiarlas a positivas para que nos favorezcan. Para que nos haga la vida más fácil.

Hay muchos tipos de palabras, las que cuidan y curan, las que hieren y matan y las mágicas que te hacen soñar y volar.

¿Qué palabras eliges?