Quiero vengarme de mi ex

La venganza es dulce y no engorda, la venganza se sirve en plato frio, sed de venganza, ojo por ojo diente por diente, quien ríe por último ríe mejor, no hay placer tan regalado como verse uno vengado. ¿te suena estas frases? Son refranes populares que están muy arraigados en el inconsciente colectivo. ¿Quién no pensó alguna vez en su vida en vengarse de aquella persona que nos hizo daño?

Hola, ¿qué tal estas? Esta semana hablaremos de la necesidad que tenemos de vengarnos cuando alguien nos inflige dolor. ¿Por qué pensamos vengarnos? Si estas en este momento de dolor y sientes la necesidad de vengarte de tu ex o de un amigo o colega de trabajo, quédate y entenderás porque lo necesitas, pero antes vamos a oír la experiencia de otro cliente de la sesión con las cartas coaching game.

Cliente

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Quiero vengar de mi ex. ¿sabes la cantidad de veces que he oído frases parecidas a esta en mi consulta? Muchas veces. Cuando hay una ruptura dolorosa, o una infidelidad, o un ghosting como he explicado en otro episodio, personas que desaparecen sin dar ninguna explicación, todo eso provoca mucho sufrimiento. Nos quedamos pensando en ¿que hicimos mal?, ¿por qué se ha ido sin decir nada?, ¿por qué se lio con otra persona?, le di todo y ¿así me lo paga?, que tonta he sido, no vi nada, me lo merezco, etc…

Todos estos pensamientos acompañados de un enorme dolor nos van enfadando hasta tal punto de querer vengarnos. Es absolutamente normal y humano sentir esa necesidad de venganza. Queremos que la otra persona sienta lo mismo que estamos sintiendo en ese momento por su comportamiento. Queremos hacer justicia.

Si miramos en un diccionario lo que significa venganza, por ejemplo, en la RAE, es la Satisfacción que se toma del agravio o daño recibidos. Pero ¿es positivo llevar tal venganza a la práctica?

La respuesta es NO. Nunca vas a compensar el daño recibido. Si es el caso de una pareja que se fue sin decir nada, o que te pidió el divorcio y tu no estabas de acuerdo, o que te puso los cuernos. Querer hacer justicia no te va a quitar el dolor, todo lo contrario, lo va aumentar y prolongar en el tiempo.

Tuve una clienta que estaba muy herida por la separación a pesar de que fue ella la que rompió con el matrimonio. Nadie rompe una pareja si la cosa va bien. Me contrató para ayudarla en el duelo de separación y con su autoestima que estaba muy dañada. Meses después ella se entera que él le había sido infiel. Recuerdo ese día como si fuera ayer. Ella gritaba y lloraba tanto que a veces me costaba entenderla. Ella esperaba todo de esta persona menos que le fuera infiel. El rompió el pacto de lealtad que había entre ellos y eso la destrozó.

Su deseo de venganza era tan grande que traía siempre ideas para hacerle daño. Fuimos trabajando su gestión emocional, sus pensamientos, su autoconcepto y viendo siempre el beneficio de cada idea de venganza. Nunca encontrábamos ningún beneficio real. Vengarse no le iba traer la paz que ella necesitaba. Porque vengarse es sentirte bien con el mal ajeno y te aseguro que la mayoría de nosotros no deseamos eso.

Poco a poco ella fue entendiendo que la venganza no le iba curar su herida. Lo que realmente le curó fue aprender a valorarse, aceptar que la relación había acabado, reconocer el gran valor que tuvo de irse de una relación donde ella no era feliz y pasar página. El gran vacío que le dejaría su venganza no haría más que prolongar su sufrimiento.

Albert Einstein dijo: Las personas débiles se vengan, las fuertes perdonan y las inteligentes ignoran.

Si quieres vengarte lo único que mostrarás con tu venganza es tu debilidad de carácter y tu dolor. El perdón te ayuda a pasar página. En sesión siempre hacemos un ejercicio de perdón, pero no para perdonar al que hizo daño si no para aliviar la culpa. Cuando surge el deseo de venganza muchas veces este deseo esconde un sentimiento de culpa y es ahí donde está muchas veces la cura. La culpa duele mucho más que la ofensa.

Perdonarte a ti misma es la clave. Aunque parezca contradictorio. Cuando hurgamos en este deseo de venganza muchas veces encontramos pensamientos que nos culpan de la separación, o de la infidelidad o de cualquier otro agravio. Entonces al liberarte de la culpa que estaba ahí escondida, te liberas de la sed de venganza y encuentras la paz que tanto deseas.

En definitiva, vengarse no vale la pena. No importa en qué situación se haya dado. Nunca la venganza será positiva. Nunca será hacer justicia. Lo único que realmente haces es igualarte a tu ofensor. Hazme caso. Si estas pensando en vengarte de tu ex, no lo hagas porque no va a cambiar nada entre vosotros y no te sentirás mejor, aunque ahora crees que sí.

Este deseo de venganza es tu dolor que habla por ti, es tu decepción, tu frustración, tu impotencia, tu rabia. Muchas veces la intolerancia a la frustración nos lleva a hacer cosas que luego nos arrepentiremos y nos sentiremos muy mal en nuestra piel. Mejor olvidar y seguir adelante.

Cada vez que preparo un nuevo episodio doy una vuelta por la red para saber que hay sobre el tema que quiero tratar. De esta vez me quede sorprendida de ver la cantidad de videos enseñando como vengarte de tu ex o de alguien. encontré títulos como: Como véngate de tu ex y causarle mucho dolor, como hacer sufrir a tu ex, como hacer una buena venganza, y otros más pero el que se llevo la palma de oro fue, véngate de tu ex como solo una mujer inteligente lo haría.

Madre mía. Realmente puedes encontrar de todo en la red. Hay que tener mucho cuidadito con este tipo de enseñanza y digo enseñanza entrecomillas.

Pero como me gusta terminar con algo positivo te diré que querer vengarte es tan solo un síntoma que te llevará a conocerte mejor, a cuidarte y a quererte, pero sobre todo te enseñará a gestionar tus emociones.