Cómo dejar de compararme
Todos los seres humanos tenemos virtudes y defectos. Todos tenemos algo especial que hace que brillemos en un territorio o en otro. Que una persona se destaque sobre los demás en determinadas áreas, no significa que tu seas menos que ella. A lo mejor aún no has descubierto cuáles son tus verdaderos dones y talentos. Cuando lo hagas dejarás de compararte.
Hola, ¿qué tal estás? La comparación es uno de los mayores motivos de sufrimiento. Lo veo en mis sesiones a diario. No es nada positivo compararte con nadie. Hace que te sientas inferior, pequeña y con poco valor. Eso pasa mucho en las relaciones de pareja cuando el celo se apropia de la mente del individuo.
La mayoría de las veces son celos infundados porque la comparación te lleva a sentir una amenaza constante. Tu pensamiento recurrente es que todas las demás personas son mejores que tú.
Pero antes de entrar en el tema vamos a oír un testimonio de la sesión con las cartas Coaching Game.
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Cómo dejar de compararme.
En primer lugar, debes darte cuenta de que te comparas con los demás. Reconocer que otra persona es guapa, o que sabe mucho o que es inteligente, o que tiene un tipazo no es malo, pero si reconoces todos estos atributos y cualidades en los demás y este reconocimiento te sienta mal, entonces no es un reconocimiento es una comparación.
Es muy negativo si en esta comparación sales perdiendo siempre y te genera un gran sentimiento de desprecio hacia ti. Pensamiento del tipo: “este tipo de mujer es la que le gusta a mi pareja, es muy guapa, moderna, muy cool, muy interesante y yo no lo soy”. Este tipo de pensamiento es el que hace que te sientas pequeña, que te sientas menos que los demás. Tu autoestima baja dándote una sensación horrible de inseguridad.
Entonces ¿quién hace que te sientas insegura y con celos? Tus propios pensamientos. Esto no significa ni justifica si tu pareja tiene comportamientos que te provocan inseguridad. Hay personas que les encanta tontear con otros para dar celos, o se comportan así porque no saben respetar a su acompañante o simplemente no da valor a este tipo de comportamiento.
Si sentimos que somos poca cosa, cuando no sabemos valorarnos y no reconocemos nuestros propios talentos, fortalezas, habilidades y valores, es decir que no nos conocemos, es cuando nos comparamos con todo el mundo.
Pensamos que hasta los amigos son mejores que nosotros, pensamos que los demás tienen más carisma, que son más graciosos, más inteligentes, más listos, más exitosos. Cuando pongo el foco en los demás me olvido de quien soy y de lo que tengo para mostrar y compartir con el mundo.
Es curioso que tanta gente se compare y que sea muchas veces la causa de la baja autoestima. En muchos casos la comparación empieza en nuestra infancia con los padres. Ellos utilizaban la comparación, muchos de ellos, pensando que así motivaban al niño a estudiar más, a ser más perseverante, a ser más rápidos y no sabían el daño que estaban ocasionando. Había buena intención. No se trata de culpabilizar a los padres. Hicieron lo mejor que pudieron. Se trata de que te des cuenta de como te valoras hoy. No importa cuando empezó la comparación.
Las comparaciones son odiosas, reza el dicho popular. Pero sobre todo lo son si no te enseña nada. Como a mí me gusta sacar tajada de mis experiencias yo diría que la comparación te está indicando que es lo que tienes que aprender o desaprender.
Lo primero, primerísimo que tienes que trabajar es tu autoestima sobre todo en la parte más importante que es el autoconcepto. Empieza a observar que piensas de ti cuando te estás comparando.
Debes enfocarte en las cualidades, fortalezas, valores, talentos que sí tienes. Como dije al principio de este episodio todos los seres humanos tenemos dones y talentos, pero hay que descubrirlos si no lo sabes aún cuales son los tuyos.
Hay que ir a tu baúl de los recuerdos y rescatar todos tus logros, grandes y pequeños para saber que valores estaban presente cuando has logrado lo que querías. ¿Cuántas veces has ayudado a un alguien que lo necesitaba, aunque sea solamente poniendo tu hombro para que llorara? ¿Cuántas veces has tenido que superar un miedo por el trabajo, por la familia, por un amigo o por ti misma?
Echa un vistazo a todos tus logros y observa que recursos internos has utilizado para estos momentos. Pues todo este conjunto de cualidades, virtudes, valores, fortalezas, habilidades, sentimientos, emociones y pensamientos eres tú. No eres ni más ni menos que nadie. Todos somos especiales con nuestras singularidades y lo maravilloso de vivir y convivir con los demás es darte cuenta del enorme valor que hay en la diversidad.
Si todos fuéramos iguales seria muy aburrido, no aprenderíamos nada y por lo tanto no creceríamos. La vida carecería de sentido. Nos gusta superar retos, nos gusta aprender cosas nuevas. Hace parte de nuestra naturaleza.
Muchas veces nos gustaría que no pasara nada malo, que la vida fuera color de rosa, pero es importante recordar que en muchos momentos de la vida nos sentiremos amenazados, y es en este momento cuando debemos mirar hacia dentro y recordar quién eres.
Cuando sabes quien eres y has aprendido a quererte tal cual eres las comparaciones desaparecerán. Porque ya sabes que lo más importante es lo que tu piensas sobre ti. Nadie es perfecto y nadie lo tiene todo. Seguro que tú tienes cualidades y atributos que a otras personas les gustarían tener. Hay un video de YouTube que ilustra muy bien lo que te estoy contando. Ve a verlo. Se titula si hay algo de tu físico que no te gusta…
Recuerda que la mejor manera de dejar de compararte es conocerte, fortalecer tu autoestima y aceptar que todo el mundo tiene virtudes y defectos, luces y sombras.
Si conoces tus luces ellas iluminaran tus sombras.